CAROLINA OLIVERA

Umbrales Una obra que se presenta con el deseo de adherirse al contrapunto

Artista Visual

Presentación e inauguración exposición el próximo Viernes 25 Marzo 2022 a las 21.00h  Espacio Belleartes. Donoso Cortés 6 10003 Cáceres.

CAROLINA OLIVERA

Umbrales Una obra que se presenta con el deseo de adherirse al contrapunto

Artista Visual

PERFIL

El trabajo de Carolina Olivera (Madrid 1979) está inspirado en la belleza de las formas orgánicas que configuran este mundo. La artista explora los distintos universos de la naturaleza que nos rodea a través de instalaciones de papel. El patronaje de estas creaciones es esbozado mediante la superposición de distintas planchas de papel troquelado con la idea de crear una sensación de profundidad y volumen en sus dibujos. Su obra fue exhibida por primera vez en la galería de arte SuzieCappa en el año 2013. Estas primeras piezas muestran un primer análisis del mundo orgánico que trata de materializar la artista y que se convierte en uno de sus principales motivos de reflexión.

FORMACIÓN Diplomada en Restauración de Pintura por la Escuela de Restauración de Alcalá de Henares. Grado en Historia del arte.

EXPOSICIONES INDIVIDUALES

2013 Suzie Cappa Art Center, Rapid City, SouthDakota, USA.

2014 Gabinete Artístico del Centro Comarcal de Humanidades Cardenal Gonzaga.

2015 KunstWerken, Weggis (Suiza).

2016 Galería Habitar la línea (Madrid).

2017 La Galería de Guadalajara.

DATOS

email: carol.olivera15@gmail.com    Tlf: 659 269 384

U N A   P U E R T A   H A C I A   L O   D E S C O N O C I D O , U N   U M B R A L   H A C I A   L O   I N H A B I T A B L E.

En los últimos años mi trabajo artístico ha girado en torno a ideas, técnicas y modos de mostrar lo imperceptible. Una labor que no tiene un método fijo, puesto que algunas veces las ideas surgen tras la observación de una imagen y otras veces es la idea la que nace durante el proceso de creación de la obra.

Me interesa la capacidad de crear del arte, así como su manera de expresar la parte más testimonial del artista. El arte para mí es una experiencia personal, la consecuencia de una vivencia y, por ende, la causa de mi propia actitud ante la vida.

Cada una de mis conclusiones artísticas es el resultado de mis propias observaciones entre lo real y lo percibido. Considero que el trabajo más vivo del artista se da durante el proceso de creación, en su taller, lugar en el que las sensaciones dejan de ser momentáneas y comienzan a generar un significado propio.

Durante esta fase de trabajo la labor de investigación es fundamental. Bajo mi punto de vista las imágenes nos invitan a ser observadas a través de un examen, inicialmente, emocional. A mí me gusta pensar más allá de lo que se ve a simple vista porque me atrae la idea de mostrar la parte más íntima de las cosas. Aquello que no puede ni podría ser visto porque evidencia la ausencia de la realidad y por tanto la belleza de la misma. Pienso que es importante representar la parte más esencial del arte, aquella que trata de reproducir el instante en el que una impresión comienza a suscitar el interés en otros. A este respecto es importante subrayar que las obras no siempre revelan de inmediato su significado, necesitan de la contemplación y la interpretación del espectador para completarse. Me gusta imaginar al espectador delante de la obra, mientras completa y transforma su significado hasta que la comprende y la modifica a su gusto. En mi opinión, la reflexión que se crea en torno al sentido de una obra suscita en el público otras preocupaciones y otros intereses que crean un vínculo de afecto personal hacia la imagen. Por ello mismo, el proceso de creación de una obra es tan importante para el artista.

En el caso particular de esta propuesta artística su labor de creación es compleja. En su fase inicial las primeras reflexiones surgieron a partir de una lectura interpretativa de la fragmentación del territorio, del espacio físico que lo comprende y del paisaje que lo conforma. Desde un punto de vista estético y sin ninguna intención de codificar la información observada, esta obra se presenta como una cartografía incómoda y desterritorializada. Siguiendo estos primeros pasos, el diseño inicial de este proyecto se centró en la línea de dibujo que traza, delimita y deslinda el espacio de un territorio. Una línea que define el contorno de una forma y la particularidad de un espacio «vacío» que solo existe porque se intuye en la imaginación de cada uno de nosotros.

Desde un primer instante me interesé por los juegos de luces y sombras que se proyectaban a través de los espacios vacíos. Me motivaba la idea de crear un efecto de perspectiva visual capaz de provocar en el espectador un impulso por palpar el dibujo.

La forma en la que los volúmenes se ubican dentro de un espacio determinado, así como la altura visual desde la cual pueden ser observados son algunas de las claves que revelan el sentido de estos «espacios vacíos» que no existen de antes, sino que se muestran en su particularidad y en su aparecer, después.

Uno de los objetivos centrales de esta obra era conseguir una vía, un camino, un umbral capaz de abrirse, tantas veces como fuese posible, para guiarnos hacia lo invisible. Para mostrarnos todo aquello que no se ve cuando se mira o todo aquello que no se dice cuando se habla, pero que siempre ha estado ahí por ser relevante y por tratar de darle sentido a nuestras palabras.

Me gustaría invitar al espectador a descubrir esta obra desde la lejanía, como si se sentase a contemplar la inmensidad del océano, pero también permitiéndole encontrarse con todo aquello que se halla sumergido, en el fondo y a distintas profundidades. Haciéndole comprender que el «vacío» que observa no es tan vacío como parece, sino que en realidad está lleno de imágenes invisibles que desean revelarse ante sus ojos.

https://www.instagram.com/carolina.olivera.arte/?hl=es